Lunes

Y bienvenidos un lunes más, queridos míos. Hoy me noto filosófica así que os dejaré con alguna de mis reflexiones:
Hay muchas formas de confiar en alguien y diferentes formas de demostrárselo. A veces tener una fe ciega  tampoco es lo correcto y otras, es necesario.

Los hay que se piensan que como no hay nada que ocultar y no existen secretos, lo mío es tuyo y lo tuyo es mío. Las cosas no funcionan así, o por lo menos a mi parecer.  ¿Vosotros no guardáis ciertas cosas que no queréis que sepa nadie?

Confiar es una palabra muy difícil, que en ocasiones nos hace ser más abiertos, aceptando situaciones que no queremos ver. De vez en cuando nos convierte en seres cerrados. Digamos que existen diferentes versiones.

Lo que realmente está claro es que si confías en un novio, un amigo o simplemente un conocido, no puedes ponerle todo el tiempo en duda. Recuerda que al igual que tú, todo el mundo tiene sus motivos para hacer lo que hace, aún haciéndolo mal.

No llego a entender a esas parejas que, por ejemplo, se miran el móvil sin la supervisión del otro, o que por el contrario, se están todo el día recordando que no pueden estar con otras personas más allá de los componentes de la relación. ¿Insano, verdad? Considero que cuando quieres a alguien no tienes que ponerle pegas, ni intentar cambiarlo. Es decir, si estás con una persona muy sociable que tiene mil amigos y amigas, no puedes pretender que de un día para otro deje de serlo. Si no te gusta, o no te acaba de convencer déjale. Hay muchos peces en el mar.

En fin, se que este post es muy corto y lo siento por ello. Como siempre voy mal de tiempo. Espero que de todas formas os haya gustado mucho, y que deseéis que sea lunes otra vez para dejaros ver un pedacito más de mí.
Os prometo que el próximo me lo curro.

Xxx, Irene.

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