Viva la diversidad

Holaa luneáticos! (Viva el humor negro) . Espero que hayáis pasado una muy feliz tarde y tengáis un par de minutos para leer mi post, que como símbolo de mi persona, llega tarde.
Los planes que tenía de pedirle opinión a los irlandeses sobre España están ya tristemente descartados por falta de tiempo. Lo siento tanto como vosotros, de verdad.

Hoy me gustaría ponerme algo profunda y hablar sobre un tema serio. El bullying. Se me hace muy difícil opinar sobre  ello ya que considero que es algo realmente duro para quién lo sufre. Por suerte, yo nunca he tenido que pasar por esta situación y espero no tener que hacerlo nunca. Desde mi punto de vista, creo que hay muchas formas de ver el bullying. En ocasiones, todos hacemos comentarios para hacernos los interesantes o graciosos que no sabemos como van a sentar. Hay gente que por su naturaleza, complejo u obsesión se siente más atacada que otra. Otras personas, simplemente omiten los comentarios ofensivos porque saben que están por encima de todo eso, que son muy especiales. No todos tenemos esa fuerza de voluntad.

Me gustaría decir que yo jamás me he metido con nadie o que no he colaborado para hacer bullying, pero, simplemente, no puedo. Es cierto que nunca he pegado a nadie ni le he ofendido directamente, pero soy de esas personas que se quedan calladas cuando alguien hace daño a una persona que considera más débil. El que calla otorga, o eso dice mi padre. Por tanto no decir nada, además de un símbolo de cobardía, es una forma de estar de acuerdo con la persona que daña. ¿Duro de oír, no?
Este mañana, en clase, estuvimos hablando sobre este conflicto. Al final de la lección, Mícheál (el profe) nos pidió que escribiésemos una carta a una persona que sufriera bullying. No supe qué decir. Me pareció una pregunta tan abrumadora. Acabé por poner que lo primero que yo haría sería hablar con mis padres, por mucha vergüenza que me diese, y explicarle mi situación. Después hablaría directamente con las personas que me están ofendiendo e intentaría que me dejasen en paz. Si eso no funciona (que creo que desgraciadamente no suele funcionar) trataría de informar a mis profesores también para que se pusiesen en contacto con las familias. Intentaría mantener la paciencia y las distancias. Me gustaría ser de esa clase de chicas a las cuales no les hace daño nada, o por lo menos es lo que aparentan.

Desde aquí solo puedo dar mi apoyo y aportar mi granito de arena para dejar de tener prejuicios y respetar al diferente. No dejar de ser yo misma e incitar al diferente a ser cómo es, porque, chicos, en la variedad está el gusto.


Comentarios

Entradas populares